jueves, 13 de octubre de 2011

LEVE...

Cruel y despiadado es el asfalto
en el que yace mi cuerpo, la sangre
petrificada en la gravilla susurra terrores
a mis oídos. Un abrazo ectoplasmático
hiela mis venas; millares de gotas pululan
en mi frente, mientras que la tenue
luz de neón
me dice
bienvenido.