jueves, 27 de enero de 2011

Mesmerismo Inmaculado

Soy un infante,
contemplo el sexo de mi linaje,
lamido con reverencia;
el primero en mi existencia
al que siempre vuelvo a perturbar,
electrizando la estancia
con mi deseo sempiterno,
calmado en incestuosa tormenta.



Bramante mi cuerpo de sexo
se desborda, mi famélica boca
busca mi ardiente afrodita,
suaves mordiscos explotan mis pústulas de deseo,
el pus pasional emerge como corriente alterna y directa.

 

Soy Eros, soy el amor, soy el deseo
de quien todos reniegan, soy el anhelo,
todos me esperan.



En los brazos acuosos
de Eva reposo, arrullado
por el vaivén de sus olas,
bajo el influjo lunar,
grave y atrayente,
de sus labios.

Labios húmedos y seductores
puentes levadizos que me
invitan, mesmerismo puro,
ilógico.




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