viernes, 11 de marzo de 2011

HASTÍO

Desplegando las blancas alas
Desciende sobre Sebano;
Aquella tierra envenenada,
Hija de la peste,
Consorte  indiferente.

Tendido sobre rocas ásperas
Espero el beso del áspid,
La caricia fatal,
Sus alas entre mi boca
Ahogando cualquier suspiro.

¿Acaso me privarás del consuelo
Que, por orden divina, a cumplir se te obliga?
Es el sol, es la luna, la vida misma
Quien te instiga,
Quien te nombra cruel verdugo.

Empuña la hoz
Hija, madre, abuela,
Que los ojos que me acechan
Se sorprendan al borrarles
La sonrisa socarrona de sus bocas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario