Miro tus ojos fríos e inertes,
Petrifican mi cuerpo, helan mi sangre,
Dejan sin piel mis elucubraciones
me siento débil y sometido ante algo tan siniestro.
Intento escapar de tus ojos
Pero me has robado el aliento,
Intento no mirarlos, quedar ciego
Pero su belleza me deja absorto, tengo miedo.
Quieres verme sufrir, quiero complacerte
Sangrar mis labios, no te parece suficiente.
Quebrar mis huesos, lacerar mi carne
Tan sólo te divierte, pero no es suficiente.
Noche tranquila, serena, afable que ampara al libertino, al ladrón, al culpable.
Fue la causa, es mi continua tortura el hallar en ella los faros de mi naufragio.
¿Qué quieres de mi alma, de mi linaje?
¿qué vieja molestia acarrea tu corrupto corazón?
Siempre te he querido dar todo,
Pero tan solo veo tus inertes ojos.
Ojos del Averno, del espacio, del tiempo,
Son un vórtex entre la luz y la sombra,
puente entre Mefistófeles y Dolmancé
o la tregua entre lo sacro y lo mundano.
Por ello erro vagabundo entre semillas y granito
Buscando un refugio, una estancia oculta,
Pero sigo sintiendo en mis huesos y mis venas
Tus inertes ojos, la puerta a mi demencia.
Noche tranquila, serena, afable que ampara al libertino, al ladrón, al culpable.
Es la causa, es mi continua tortura el hallar en ella los faros de mi naufragio.
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