martes, 13 de julio de 2010

INMERSIÓN

Camino por una senda bastante desolada,
El frío de sus miradas llega hasta mis huesos
Mi boca perpleja intenta moverse
Pero los ácidos ya han hecho su efecto.

Mis pies ya no soportan mi cuerpo,
Mis brazos como alas planean ante un inminente choque.
Mi rostro, deshecho, se funde con el pavimento
No siento nada, las hienas ya esperen mi deceso.

Espero lo inevitable, estoy acostumbrado a ello,
Las hienas se regodean en su espera;
De súbito mis manos toman mi cara, halan mi cabello
Mi cuerpo convulsiona, mi sangre explota.

El calor abandona mi cuerpo, lo siento frío, inerte
Mis fluidos son contaminados y se convierten en veneno
Me convierto en un despojo, las bestias desgarran mi leproso cuerpo
Los faros gelatinosos se cristalizan dando paso al naufragio.

El trance se hace insoportable, mis dedos se aferran al terciopelo
Llego al umbral, cruzo la barrera y mi cuerpo levita entre esporas
Abro los ojos y veo que el telón no se ha cerrado
Sigo mi camino tambaleándome, los ácidos aún no se han difuminado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario