martes, 25 de mayo de 2010

Caricia Materna

Ella ve un valle hermoso,
lleno de flores, de sonidos de aves,
pleno de ambrosías de colores.

A la luz de las velas el metal reluce,
proyectando su fulgor,
inundando el cuarto con rayos de plata,
resplandor luminiscente de esperanza,
promesa de ese hermoso sueño.

Poco a poco se acerca,
saboreando la salvación en su boca,
en caricia fría,
liberación absoluta
dulce encanto.

El estruendo de aves metálicas se oye a lo lejos.
Un paso destrozando juguetes,
el siguiente firme,
ahora, ve el arcoiris en la habitación.

Chispas tibias, rojas,
fluido de esperanza,
riachuelo hirviendo,
estertores desde el fondo,
sinfonía perfecta.

Lo ve palidecer poco a poco,
muy lentamente,
ahogándose en la calma.

Filoso, mordaz regalo,
el niño en agonía
le sonrió a su madre.

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